Artículo

Alma, Ego y Espíritu.

                                                           El Alma. William-Adolphe Bouguereau.

Dios dijo: «Que las aguas se llenen de una multitud de seres vivientes y que vuelen pájaros sobre la tierra, por el firmamento del cielo». Génesis 20.

 

Mucho se ha escrito acerca de esta triada, pero al mismo tiempo, también muchas confusiones se han tejido en torno a ella.  En ocasiones muchas personas, autores e inclusive estudiosos del esoterismo y de los temas Sagrados, tienden a definir dicha trilogia bajo una misma denominación o consubstanciadas de una misma naturaleza, situación que a nuestro entender,  no sería la adecuada.

Etimologicamente, la palabra Alma o ánima,  proviene del latín «ánima» y del griego «psyché» que significa «alma humana», y en ese sentido, Alma es sinónimo de psique, pero también lo sería como concepto de individualidad única, en cuanto a que  se refiere a la existencia de una entidad inmaterial que, de acuerdo a las afirmaciones y creencias de las diferentes tradiciones y orientaciones filosóficas y religiosas, poseen ciertos seres.

El Alma es el producto espiritualizado del cuerpo.   La descripción de sus características y cualidades,  varía significativamente en cada una de las tradiciones tanto Occidentales como Orientales.   En la anterior definición dada arriba, residiría el punto medular de este concepto ya que basados en la misma, cualquier ser vivo  que de alguna manera «sienta», ya sea este animal (alma de grupo o de especie) , conceptualizando dentro del concepto «animal»  al ser humano como ente racional, serían portadores por lo tanto,  de un Alma.     Partiendo de esta premisa, cuanto más elevado sea ese ser en la escala evolutiva (o dicho de otro modo cuanto más desarrollado sea su sistema nervioso central), mas desarrollada o elevada sería su Alma (desde un punto de vista primitivo), ya que la misma poseería un mayor grado de vibración, partiendo desde una simple célula hasta el ser humano mas desarrollado.

De acuerdo con la tradición occidental hebreo-cristiana, el Alma (en hebreo נפש, néfesch y en griego  ψυχή, psykhḗ) es la principal cualidad que indentifica a la materia viviente, diferenciandola por lo tanto,  de un ser no-moviente (inerte) a un ser dotado de movimiento.   Es por eso, tal y como indicamos al inicio de este escrito, que el Libro Sagrado del Génesis lo   describe claramente.      En este contexto, el Alma viene a ser como el soplo de vida exhalado por la Divinidad hacia el Ser, que en ese momento queda impregnado de una vitalidad y existencia de caracter Superior, dentro de todo el contexto de la Creación.  Es el principo de todo y existe como paso previo antes de la manifestación de todo lo creado.

Soplo / Soplo de Vida / Soplo de Vida Luminoso.

En el hebreismo qabalístico, la rúaj o ruah רוּחַ , que significa «viento, álito o respirar» e incluso mente (su gematria es 214),  es una esencia original y misteriosa, imprevisible, omnipresente.   Es el aire o prana, la realidad divina y luminosa, en la que se asienta todo lo que existe.   Nada puede cobrar vida si no esta cubierto por la ruah.   Cuando Yahvéh inspiró sobre el hombre su soplo de vida (Génesis 2:7), éste se convirtió en ser viviente.     El hombre vive, mientras Yahvéh no retira su rúaj. (Job 27,3).    Por lo tanto, podemos afirmar que este término marca, en forma fundamental,  la relación entre todas las criaturas y su creador.

Al no ser el Alma una realidad sensible, tangible o material,  no ha podido  ser estudiada complementamente por la ciencia  y por lo tanto, la misma no afirma  su existencia, aún cuando recientes estudios están arrojando luz acerca de este asunto.    Sobre este tema, se ha demostrado científicamente que cuando el Alma abandona el cuerpo (una vez cortado el «hilo de plata»), el cuerpo denso o físico pierde cierto peso.    Como bien saben todos los videntes y estudiosos del aura energética que recubre a los seres vivos, el primer campo o área etérea es denominada cuerpo vital o ectoplasma.  El mismo es común tanto en los animales como en las plantas, por lo que por esa misma razón,  la posesión de un alma no es exclusivad del ser humano, aún cuando la perteneciente a este último tenga unas características superiores y especiales que la diferencian del resto de seres.

Este aura o cuerpo vital, es la primera que recubre el cuerpo físico o denso ( de uno a cinco centímetros) y es la que le da la vitalidad y energía, haciendo que todos los órganos funcionen.   En ella reside la memoria y allí todo órgano es creado previamente antes de su formación física, bajo una forma etérica.   Allí también es previamente sanado o se enferma, para luego pasar a afectar el cuerpo denso.  

Cuando con motivo de la muerte este cuerpo vital desaparece, con el «se nos va»  el Alma, retirándose la misma por la cabeza y dejando al cuerpo denso inanimado.      Este vehículo superior (conjuntamente con el aura o cuerpo de deseos y el mental que se le superponen), abandonan el cuerpo físico con un movimiento en espiral que es facilmente apreciable por los videntes, llevándose consigo el Alma del que llamamos átomo-simiente.  No es un átomo físicamente hablando, sino las fuerzas que obran a través de él.  

El resultado de las experiencias pasadas en el cuerpo y mente de la vida de la persona que acaba de fallecer, se ha impreso sobre este átomo especial que es único y que subsitirá en todo organismo, luego de su muerte.    El mismo, ha permanecido estable no solamente a  través de una sóla vida, sino que ha formado parte de todos los cuerpos físicos o densos empleados por el Ego de esa Alma en particular,  en re encarnaciones anteriores y lo será en las posteriores, en torno del cual se contruirá el nuevo cuerpo denso que será empleado por ese Ego en particular, eterno, único e indivisible.

Es por esa razón que mucho estudiodos confunden al Alma con el Ego, siendo ambos de una misma naturaleza/substancia inmaterial e inmortal, pero possedores de características, objetivos y funciones diferentes. 

Podríamos decir, por lo tanto, que el Ego es la caraterística fundamental (que identifica) a cada Alma individual, como una suerte de sello, huella o personalidad única en el Universo, por lo que podríamos llegar a afirmar que no existen dos Almas iguales,  verbigracia al Ego que la habita. El Alma y el Ego siempre trascienden y se re encarnan, hasta su elevación final y fusión con el Supremo.

Con motivo de la muerte, dicho átomo es retirado únicamente para despertar de nuevo en la aurora de una nueva vida, sirviendo así de nucleo central en torno al cual se construirá el nuevo cuerpo físico, que será empleado por ese mismo Ego y que en su nueva re encarnación, tendrá que llevar a cabo la ruta de vida que le haya sido asignada, de acuerdo a lo realizadp en su encarnación anterior y a lo decicido por ese mismo Ego durante su permanencia en el Bardo (purgatorio para los cristianos), y por los Angeles registradores y los Maestros ascendidos.

Anatomicamente, dicho átomo «simiente» está situado en el cuarto chakra o vórtice (cardíaco o Anahata), específicamente en el ventrículo izquierdo del corazón, cerca del ápice.   

 

Al ocurrir la muerte, dicho átomo-simiente sube por el nervio pneumogástrico, abandonando el cuerpo físico, junto con las otras auras (emocional y  mental), escapándose a traves de la fisura de los huesos parietal y occipital del craneo.  Es por esa razón, que cuando el cuerpo muere, en ese momento las personas sensibles o videntes, pueden observar como una especie de bruma se eleva por encima de la cabeza.  

Cuando esta Alma (cuerpo vital) junto a los cuerpos de deseo y mental dejan al cuerpo físico o denso, permanecen todavía conectados por algún tiempo (de uno a tres días) al cuerpo físico,  mediante un cordón o hilo, vibrante y plateado, muy parecido a dos números seis (6) puestos al revés el uno del otro, colocados horizontalmente y conectados por las extremidades.

  Un extremo está unido al corazón (cuarto chakra), y cuando se produce la ruptura del mismo,  se produce la paralización del corazón.  Este hilo no se rompe hasta que el panorama de la vida que acaba de terminar haya sido completado y se impregne en los vehículos superiores que irán al primer cielo (como si fuera una película).      Es por esa razón que el cuerpo físico NO debe ser cremado, embalsamado ni mutilado hasta pasados al menos tres dias, ya que si bien fisicamente no siente, si «siente»  el cuerpo vital y el resto de los vehículos etéricos que se van,  y por lo tanto, paralizaría o retrasaría el reconocimiento e impregnación de los acontecimientos de la vida ya terminada y que servirán de base para escribir el libreto de la nueva vida por venir.

Al re encarnar esta nueva Alma portadora del Ego correspondiente, en un nuevo cuerpo, el Alma ya es depositaria del nuevo cuerpo vital desde el momento en que la concepción es llevada a cabo y el nuevo ser comienza a formarse en sus primeras semanas.    No así sucede con el Ego, el cual  aunque es pre existente y ya definido, no empezaría a manifestarse sino a entre los 4 a los 7 años, teniendo el recién nacido y el infante durante ese tiempo,  el Ego asimilado de ambos padres el cual influenciará (junto con la nueva ruta de vida asignada) con su propio Ego inmortal que trae de sus sucesivas encarnaciones, con el objeto de perfeccionarse y  elevarse espiritualmente cada vez en mayor grado cuando sea un adulto.

Ya dada  la encarnación en un nuevo cuerpo denso, el Ego empieza a operar por medio de la sangre y de su calor, y también por medio del aire que entra en los pulmones (el soplo de vida del que hablábamos al principio de este escrito).   Esto es debido, a que que el Alma  de la carne está en la sangre, asegurando así la admisión del Espíritu del que hablaremos a continuación.  Es por esa razón (entre otras), que en muchas creencias religiosas y filosofías se prohíbe comer carne y menos si es portadora de sangre.   En el versículo 14 del capítulo 17 del Levítico hebreo, se prohíbe a los Judios comer carne, por que el Alma de toda carne reside en la sangre.  Es decir, podemos afirmar  que el Ego se transmite y reside en la sangre como manifestación dentro del cuerpo denso o físico.

Espíritu.

«Y la tierra estaba sin orden y vacía, y las tinieblas cubrían la superficie del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas.» Génesis 1-2

Del latín «spirĭtus», Espíritu es el don sobrenatural que el Creador  concede a algunas criaturas y es la virtud que alienta el cuerpo para que viva y actúe.   Por lo tanto, el Espíritu es la Gracia que Dios o que un Ser Superior da al hombre para diferenciarse del resto de los animales, aún cuando ambos tengan un alma,  aquel individual y elevada y estos un alma «primitiva»  grupal o de especie.

El Espíritu humano es un componente de origen Divino y cuyo génesis y derivación primera, es de procedencia Divina y no humana, es por eso que solamente los humanos tienen Espíritu.

Lo filosófico, artístico, de conocimiento, psicológico creado por el ser humano, ( que sería la parte espiritual o mental de la humanidad), se lo debemos al Espíritu.     A veces este concepto, también es indebidamente  usado con el mismo significado de Alma humana, y a veces es utilizado para referirse al impersonal, universal o mayor componente de la naturaleza humana en contraste al Alma o psique, que puede referirse al Ego o un elemento de naturaleza aún inferior.     El Espíritu humano engloba también a  nuestro intelecto, emociones, miedos, pasiones  y creatividad, lo cual nos hace totalmente diferentes del resto de los seres vivos, tal y como dijimos más arriba.   Es por lo tanto,  el componente celestial de los humanos, la parte que es impersonal o Universal.

Reciban todos un abrazo de Luz.

J.A.L. :.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Astrólogo, Esoterista y Terapeuta Holístico por vocación y convicción. Ha realizado diversos estudios y cursos de la mano de reconocidos Maestros de estas disciplinas. Profesional graduado en el C.A.V. (Centro Astrológico Venezolano), E.S.T. (Escuela Superior de Tarot) y el Centro Internacional de Qabalah, en diversas ramas de la Astrología, Mancias (Tarot, Runas, Oniromancia), Radiestesia, Reiki, Angeologia y Qabalah Hebrea. Inscrito en la Federacion Española de Reiki y en la Sociedad Española de Astrología.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *